“Voz que resuena: la historia de Sami Gabriela”

Sami Gabriela Sánchez llegó a Mentoras Creativas con un anhelo profundo: escribir desde lo político, lo sensible y lo poético. Graduada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Ecuador, buscaba una forma de unir el análisis social con la literatura. No sabía exactamente cómo hacerlo, pero sabía que quería intentarlo. Hoy, no solo lo ha logrado, sino que lo ha convertido en una herramienta de incidencia, investigación y transformación.

Actualmente, Sami es asesora en género en el Observatorio de Género de la Universidad Tecnológica Equinoccial, columnista en el mismo espacio, e integrante de un centro de investigación en salud pública y epidemiología clínica. Todo esto gracias a su capacidad de traducir fenómenos sociales complejos en ensayos literarios y manifiestos con voz propia, una voz que ya no teme enunciarse.

¿En qué aspectos de tu carrera sientes que has experimentado el mayor crecimiento desde que participaste en el programa?

Sin duda, en perder el miedo y reconocer mi capacidad para escribir. Antes pensaba que no era lo suficientemente buena. Ahora me parece increíble cómo en varios espacios se me nombra como escritora, algo que jamás imaginé. Aunque aún tengo mucho por construir, ya no necesito esperar la validación externa para compartir mi voz.

¿Has logrado algún objetivo profesional que te habías planteado antes del programa?

Sí. Quería escribir sobre fenómenos sociales a través de la poesía y los manifiestos. Cuando lo compartí en el programa, me sentía muy perdida. Gracias a las mentorías encontré claridad: no certezas absolutas, pero sí caminos y posibilidades para desarrollar mi potencial creativo.

¿Has lanzado algún emprendimiento o proyecto propio luego de tu paso por Mentoras Creativas?

Más que un emprendimiento, he comenzado a presentarme públicamente como columnista e invitada en espacios para hablar sobre temas sociales desde una mirada crítica, creativa y literaria. También he empezado a publicar en mis redes mis manifiestos políticos, algo que durante mucho tiempo me dio miedo hacer.

¿Has liderado proyectos pensados para generar un impacto social o ecológico?

Sí. Actualmente estoy desarrollando un proyecto de escuela de arte político y memoria en el barrio La Lucha de los Pobres, uno de los sectores con mayor historia de resistencia en Quito. Allí trabajamos con estudiantes de la unidad educativa intercultural bilingüe Jatari Unancha, desde el Centro Cultural Kawsarina.

¿Has transferido los conocimientos adquiridos a otras personas?

Sí. Como educadora popular en espacios como La Lucha de los Pobres, la Colectiva Lava Violeta y foros por los Derechos Sexuales y Reproductivos, utilizo la escritura como herramienta pedagógica y política. Enseño cómo transformar el dolor y la rabia en textos que movilizan, sanan y denuncian.

¿Podrías mencionar algún logro profesional concreto que hayas alcanzado gracias a Mentoras Creativas?

Mi rol como asesora en el Observatorio de Género de la UTE. Estoy convencida de que fue posible gracias a las herramientas que desarrollé en Mentoras Creativas: mi capacidad para escribir desde un enfoque creativo y crítico, y mi seguridad para combinar arte y academia de forma coherente. También me siento muy inspirada por la comunidad de mentoras y mentees. Saber que otras lo han hecho, me dio permiso para creer que yo también podía.

¿Qué herramientas adquiridas en el programa aplicas actualmente en tu trabajo?

Aprendí a diversificar mis fuentes literarias y mis estilos de escritura, así como a planificar y proyectar mi voz creativa. También entendí cómo usar estratégicamente mis redes sociales -no solo en términos de visibilidad, sino también en estética y narrativa- para potenciar mi mensaje como mujer escritora y activista.

¿Qué crees que distingue a Mentoras Creativas de otros programas?

La personalización del acompañamiento: tener una mentora alineada con mi perfil fue fundamental. Pero también la diversidad de voces dentro del grupo de mentees. Eso expandió mi visión del mundo creativo. Las temáticas abordadas no solo fueron útiles en lo técnico, sino profundamente transformadoras.

¿Te gustaría compartir un testimonio sobre tu transformación?

Mentoras Creativas despertó mi pasión, mi creatividad y el valor para reconocerme como escritora. Yo no sabía cómo empezar a gritar todo lo que sentía, a traducir lo personal en lo político. Hoy, gracias al programa, me reconozco como escritora, investigadora y mujer creativa que usa las letras como herramienta de justicia social y afectiva.

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